La gran noria de Viena

Una vez, un inglés quiso construir una gran noria que tuviera la altura de un edificio de veinte pisos. Quería colocarla en el Prater, un famoso parque de Viena, Austria. Los ingenieros examinaron los planos para comprobar si estaban bien hechos y dijeron al inglés que podía construirla.

El constructor trató de llevar el eje a la plaza donde se iba a poner la noria, pero era tan grande y pesaba tanto que se hundía en el terreno. Ocho caballos fueron incapaces de levantar el eje. Dieciséis caballos volvieron a intentarlo y fracasaron también. Por fin, pudieron trasladar el eje haciéndolo pasar sobre un camino hecho con gruesas tablas de madera.

Era una noria tan notable que, cuando estuvo casi terminada, los constructores quisieron que la esposa del embajador británico pusiera el último tornillo. La Gran Noria estaba ya completa, pero quedaba un problema por resolver: ¿funcionaría? Lenta, muy lentamente, la Gran Noria comenzó a girar. ¡ Sí, funcionaba bien y sin peligro!

Todo aquel que visita hoy el Prater puede subir, subir y subir hasta la altura de un edificio de veinte pisos y montar en la mayor noria que hay en el mundo. El inglés que la diseñó y construyó hace mucho tiempo se llamaba Walter Basset.

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