Tu huerto

 

Ningún alimento sabe tan bien como el que tú mismo has cultivado. Para cultivar tus propias hortalizas te hace falta un poco de terreno llano en un lugar «muy» soleado.

Para cultivar tomates, es más sencillo plantar pequeñas plantas que sus semillas. Cava varios agujeros separados unos 5 cm entre sí. El agujero debe ser suficientemente profundo para que en él quepa toda la raíz, y suficientemente ancho para permitir que las raíces se esparzan. Llena los agujeros con agua y deja que se empapen bien. Cuando coloques la planta, cuida de que las raíces se apoyen en el fondo del agujero. Junto a cada planta, clava un bastón de 1,20 metros de longitud. A medida que la planta crezca, ata el tallo de la planta al bastón con objeto de que ésta se mantenga en pie.

Para las demás hortalizas que ves en estas páginas —y para muchas otras— puedes plantar semillas. Sigue las indicaciones de los paquetes. Riega tus hortalizas cuando no haya llovido.

Si quieres saber más cosas acerca de cómo se distribuye, se planta y se cuida un huerto o un jardín, consulta Flores que se plantan cada primavera.

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