Tubos y conductos para la leche

Antes de que la leche llegue a la botella pasa por muchos tubos y conductos. En las modernas granjas, una máquina provista de varios tubos ordeña las vacas. La leche extraída atraviesa un conducto y pasa después a un depósito que la mantiene fresca. Un nuevo conducto lleva la leche desde el depósito hasta un camión cisterna, que la distribuye a las centrales lecheras, donde es nuevamente depositada en grandes tanques que también la mantienen fresca.

Los operarios de la central hacen pasar la leche desde los grandes tanques a una pequeña tubería donde la leche es pasteurizada. Otros conductos la transportan a la máquina embotelladora, que la va distribuyendo en envases de cristal o de material plástico. La leche está ya preparada para ser consumida.

Después de embotellar la leche, los operarios deben limpiar las tuberías. Para ello, las desmontan, las enjabonan, secan y finalmente las esterilizan con vapor. Una vez limpias y brillantes, las vuelven a colocar, listas para recibir la leche del día siguiente.


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